El camino Califal, que unía Medinaceli con Gormaz, y también con Osma, atraviesa todo el valle del río Bordecorex-Torete pasando junto a nuestro pueblo. Se trataba de un itinerario musulmán fortificado que aprovechando las rutas naturales y en parte la vía romana de Occilis [Medinaceli] a Uxama [cerro Castro de Osma], fue utilizado constante y sistemáticamente por los ejércitos árabes para acceder a las plazas del Duero y hostilizar las posiciones castellanas. Esta red militar la conformaban las fortalezas (Medinaceli, Barahona, Berlanga de Duero, Gormaz, Osma, San Esteban de Gormaz), unas fortificaciones menores con funciones de vigilancia y transmisión óptica de señales con capacidad de albergar una pequeña guarnición militar, y por último, las atalayas como enlaces entre los dos tipos anteriores.
En el siguiente vídeo el ribense de adopción Isaac Moreno Gallo explica la importancia de este camino, así como dónde se ubicaban las atalayas en toda la comarca y cómo funcionaban como sistema de vigilancia y alerta:
Tras la conversión de Medinaceli en capital de la Marca Media de al-Andalus en el año 946, este camino fue muy importante. Almanzor concentraba sus tropas en Medinaceli con el objetivo de lanzar sus razzias o aceifas hacia la zona de Navarra, Huesca y el valle del Duero. Estas campañas tenían como objetivo táctico y económico la captura de cautivos y ganado del enemigo; a nivel estratégico buscaban generar un estado de inseguridad permanente que impidiera a los cristianos desarrollar una vida organizada —fuera de castillos, ciudades fortificadas o sus proximidades—. Su característica principal era la corta duración de las campañas y la lejanía de los puntos alcanzados en ellas.
